El lavado con arena es un método de procesamiento de la seda que consta de tres pasos: lijado, lavado y glaseado. El paso de glaseado mejora la suavidad y la solidez del color de la tela, creando una apariencia blanca similar a la escarcha en la superficie que se vuelve más pronunciada con el uso y el lavado.
Según el efecto, el lavado con arena se puede clasificar en lavado con arena ligero, medio y pesado.
El lavado con arena es similar al lavado normal, pero implica diferentes aditivos, generalmente agentes alcalinos u oxidantes, junto con algunos agentes suavizantes. Los agentes alcalinos se utilizan para romper la estructura de la superficie del tejido, suavizando las fibras originalmente rígidas debido a la intensa erosión. Este proceso da como resultado un tejido general más suave con una ligera siesta y una sutil neblina blanca.
Después del lavado con arena, la tela se vuelve suave y esponjosa con un acabado mate, dando una ilusión de mayor grosor. Sin embargo, este proceso también puede hacer que la tela sea propensa a rasgarse, especialmente con materiales más delgados. Por lo tanto, generalmente no se recomienda lavar con arena las telas livianas. Para una apariencia de seda lavada con arena, es aconsejable utilizar seda con un peso de 19 momme o más.
La seda lavada con arena tiene un aspecto vintage y desgastado, lo que la hace popular entre los diseñadores que prefieren una estética retro.
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